Desperté de mi
letargo
decidido y pluma en ristre
Cargué contra mis molinos,
escribí el poema.
El inesperado resultado fue
huesos rotos y versos quebrados.
Vencí al fantasma,
derroté a mis miedos.
La victoria amarga,
la más dulce de todas.
las cicatrices son el recuerdo
de la bella hazaña.
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