Cuando los restos de poemas
abortados e inútiles,
excrementos en papel
de mi pensamiento absurdo,
alfombran mi habitación,
me tumbo a contemplar
los pasos que he dado,
los fracasos teñidos de alegrías,
los manojos de putadas,
los afortunados errores,
las casualidades predecibles,
las piedras que acomodan el camino,
los consejos a traición,
la rabia y la rebeldía,
los miedos y las derrotas,
mi jodida felicidad.
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