domingo, 26 de febrero de 2012

Cadalso

Trencé el esparto de a soga
con la que me han de colgar.
sentenciado por un futuro
juez, jurado y verdugo a la par.
Preso por mis pecados
y reo por mis desvelos.

En mi celda colmada de desamparo,
entre los dedos me vuela un quizás,
entre los dientes resuena un tal vez,
entre mis sueños se desploma un no fue.

De pie en mi cadalso
echo la vista atrás,
buscando una mirada piadosa,
y solo veo una sonrisa en la oscuridad.

lunes, 20 de febrero de 2012

Nota de (no) suicidio


Si algún día desaparezco, si todo deja de tener sentido...

Me quedare en cada uno de vosotros en cada sonrisa que os he regalado, en cada pensamiento que os he arrancado, en cada recuerdo que hemos vivido, en cada sollozo, en cada sueño.

Estaré en los ojos del hijo que aun no tengo, pero al que ya quiero. El hijo del que ya siento orgullo, mi pequeña gran obra, el cariño que dejo es este loco mundo.

Estaré en las caricias que le di a su madre, en su tacto, en sus labios, en cada beso robado. Cada infierno y cada tormento merecieron la pena si fue para pasar un segundo a su lado. En su compañía un minuto es una bendición del mejor de los dioses.

Estaré en cada gracias a mi madre. Fui fruto de sus desvelos, el sueño de cumplir todos sus anhelos.

Estaré en cada recuerdo de mis abuelos, desviviéndome por ser el fruto de su orgullo.

Estaré en los sueños de mi tío, llegar a donde me había propuesto.

Tengo la satisfacción de que si leéis esto, estoy compartiendo un rincón de vuestro pensamiento.

Si yo falto, siempre quedare como un recuerdo.

Como vuestro recuerdo.

Ese momento esa risa... os quiero a todos y cada uno, decir todo esto suena a tópico, a cumplido, a ñoñez absurda, a nota de suicidio.

Quizás simplemente sea un simple repaso.

Quizás tocara poner orden en los pensamientos.

Quizás echo de menos todo lo que ya no tengo.

jueves, 16 de febrero de 2012

YO HE VIVIDO

Tenemos tantos silencios que decirnos y tantas palabras que callar.
Nos hicieron para amar y por amor sufrir y morir.
Mírame ahora y que tus ojos me digan lo que tus labios no pronuncian.
Háblame del tiempo que nunca supimos compartir, del que nos queda por vivir.
Ese reloj que nos arranca las horas, el que marca descompasado nuestros latidos,
las pulsaciones que se empeñan en ir al ritmo de ese metrónomo desgastado.
Gritémosle a la vida que no ha podido con nosotros, que nunca nos vencerá,
que somos inmortales aunque muramos por un beso.
Somos libres y hoy nos atrevemos a soñar con lo imposible,
lo que algún día haremos posible, nuestro.
Somos esos, los locos que aún recuerdan que la belleza está en lo que no tiene nombre,
en lo fugaz de cada instante que mereció la pena vivir
y recordar una y otra vez que ahora es el momento de saltar, 
de perder el rumbo para llegar a ninguna parte.
Ahora somos nosotros, ahora... ¡Ahora!
Somos la mirada cómplice y la caricia despistada, la risa que se pierde en el lamento
y la pisada que deja huella.
Lo inconmensurable y lo impronunciable.
Y si tenemos que pelear contra el viento lo haremos con furia,
somos pasión y arte.
Somos el momento, cada segundo de cada minuto.
Y por vivir luchamos, por vivir con sentimiento, sintiendo la vida.
A veces desistimos, pero aparece esa mano furtiva, la que se esconde pero siempre está,
la voz que grita: ¡Una vez más!
Porque nos hicieron sin medida.
Porque hoy es hoy, lo sabemos y no queremos que nos guarden en el cajón de los recuerdos,
ese cajón de madera y clavos, sin antes poder haber dicho:
YO HE VIVIDO.

lunes, 13 de febrero de 2012

Campos de batalla

De un tiempo a esta parte
 vivo en guerra conmigo mismo. 

Cada mañana, cada noche
es una batalla declarada
donde siempre pierdo yo. 

Mi cabeza es un foso
de combate perpetuo
donde se tira con material nuclear.

En esos momentos quisiera exiliarme,
abandonarme a mi suerte,
declararme en zona catastrófica.

Abandonado e insulso
espero una bandera blanca
que sea el fin de mis días inciertos.


Es entonces cuando mi enemigo se revela,
cuando mi autosuficiencia se fragmenta,
cuando imploro ayuda
como la raíz seca que se retuerce buscando agua.

Es entonces cuando me declaro
sin ser vencedor, el único vencido.

Es entonces cuando claudico
ante la sombra de lo que pude ser y nunca fui.

Es entonces cuando caigo rendido
a los pies de la nada.

martes, 7 de febrero de 2012

La muerte de la imaginación II

Se trasladaron a la línea espacio-temporal, aunque unos ojos humanos nunca serían capaces de apreciarla en su totalidad, era como un tubo alargado formado por tiras ondulantes entrecruzadas de todos los colores que se muestran en el espectro del arco iris, con un diámetro muy ancho y un alejado final. Una vez dentro, los pensamientos de ambas se intercambiaban y entrelazaban con fluidez.
Vida, ¿Por qué esto que les pasa a los otros no nos afecta ni a ti ni a mi?
Si que nos afecta, pero en menor medida.
A ti no te puede afectar esto, tú...
Espera y verás. -cortó a su compañera-. Ya hemos llegado.
¿Qué es esto? No hay nada...
Exacto, Esperanza, esto en lo que estamos y no estamos es la nada, lo que había antes que nosotros y antes que todo. Lo que habrá cuando todos nos hayamos ido.
No me gusta, es muy fría.
Es igual que el lugar donde estábamos.
No, allí estamos nosotros, es como el hogar al que siempre vuelves en algún momento.
Si tú lo dices... Anda, pon atención a lo que hay justo enfrente ¿Notas aquel punto de luz a lo lejos?
Sí.
Bien. Mira lo que va a pasar en unos instantes.
Allí no había tiempo, de modo que "un instante" podía haber sido un segundo o una vida entera. De cualquier modo, aquella medida no les afectaba.
De pronto, el puntito de luz explosionó, lanzando en todas direcciones trocitos y trazos de materia a gran velocidad que dejaban tras de sí estelas de luz como estrellas fugaces.
¡Ya sé lo que es esto! ¡Es el principio del principio!
Exacto. 
Es tan hermoso.
Esto es un regalo para lo que nos espera, quédate con esto cuando sientas que la tristeza se acerca... porque lo hará, intentará unirse a ti, Esperanza, pero debes ser fuerte; no te habría traído a este viaje si no supiese que puedes afrontarlo... Pero debemos continuar, el viaje es largo y el tiempo apremia.
Está bien.
Antes de volver a la línea de espacio-tiempo absorbió y guardó el momento en su ser, haciéndose más grande: aquella extensión oscura salpicada de puntos de luz continua o parpadeante allá donde mirase. Sabía cómo se sentían aquellos cuerpos celestes, ella era igual. Metáforas de su propia esencia.
Se metieron por fin en el túnel y avanzaron bastante. Frente a ellas se se abría un paraje similar al anterior, seguían en el espacio, pero ahora se extendía ante su ser un planeta azul poderoso y espléndido, un mundo en potencia.
Acerquémonos, Esperanza.
Se encontraron en medio de un océano inmenso, desde el que se vislumbraba a lo lejos un horizonte rocoso al que se aproximaron.
¡Mírate, Vida! ¡Qué pequeña eras!
Que tiempos más solitarios... Cuando yo estaba sola porque ninguno habíais nacido aún.
Cierto, tú habitas en todas las criaturas, no solo en los humanos. Tú fuiste la primera.
Y seré la última.
Se acercó a una criatura unicelular y la contempló con cariño y añoranza; era su primer "yo" material, su primera recreación.
¿Sabes, Esperanza? Recuerdo que me moría de ganas por compartir mi tiempo con más como yo... Pero ahora no me importaría volver a estar sola si eso implicase que las cosas no fuesen como son.
No comprendo.
Aún no. -se alejó y entró en la línea de nuevo. -Vamos, debemos seguir adelante.