jueves, 26 de enero de 2012

Dudas vividas


En ocasiones me siento testigo mudo de mi existencia. 

Malviviendo el paso de los días y contemplando como las consecuencias de mis actos mecen mis pensamientos para sumirlos en un letargo del que no puedan salir.

En ocasiones me siento ausente de mi mismo, desconozco el rostro que me mira en los reflejos.

En ocasiones me siento un desconocido, un tipo ajeno que sale en ciertas fotos. 

En ocasiones soy yo y en ocasiones me miento.

Quizás haga falta una luz que alumbre un camino torcido y enrevesado. 

Quizás tenga que llegar “al camino recto por el más torcido”.

Quizás sea un sueño todo lo que he vivido.

Es entonces cuando despierto, y descubro rostros cómplices que me sonríen, a mi lado. 

Compañeros más que fieles de un loco desventurado que por ventura tropezó con más apoyos de los que mereciera en un sendero tortuoso.

Es entonces cuando una sonrisa prende mis labios como una chispa en un puñado de yesca.

Es entonces cuando alguien me recuerda quien soy.

Es entonces cuando vuelvo a ser yo.


Es entonces cuando decido volver a ser yo y no dejar de serlo.

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