El tiempo, es la cuerda que nos ata en corto,
la que nos agita y nos arrastra,
la que nos une a recuerdos dispersos.
El tiempo es el látigo que apremia,
el que nos limita los susurros,
las caricias, las risas,
emplomando cada instante
para bien o para mal.
“El tiempo es un chivato cabrón
que nos pone en nuestro sitio”,
siempre acusando y acechando,
diluyendo las verdades,
afianzando las mentiras.
Mi tiempo es mío
y lo jodo como quiero,
mi propia sucesión de fracasos
mi patético encadenamiento de segundos
mi tumulto de instantes desbocados.
Pero soy feliz al fin y al cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario